29 MARZO MULTITUDINARIA MANIFESTACION EN SANTANDER

                                                                                                                                                                                                                                     

 Nunca tantos trabajadores se han sumado en Cantabria a una manifestación para exigir sus derechos laborales y sociales y pedir al Gobierno que rectifique. Ayer, más de 40.000 personas, según la organización –15.000 según la Policía–, abarrotaron el centro de Santander en una manifestación, convocada por UGT y CC OO, que discurrió sin incidentes y que puso el punto final a la jornada de huelga general.

La reforma laboral provocó una multitudinaria respuesta de los trabajadores cántabros que se lanzaron a la calle en un día soleado para participar en la protesta. Pasadas las seis de la tarde, salió de Cuatro Caminos la cabeza de la manifestación con dos pancartas en las que se leían los lemas de esta huelga general: ‘Quieren acabar con todo, con los derechos laborales y sociales’ y ‘No a la reforma laboral, por injusta, ineficaz e inútil’. Entre aplausos partieron los líderes sindicales, que se detuvieron en dos ocasiones a lo largo del trayecto. La primera, frente al edificio de Ministerios de la calle Vargas y, una segunda, frente a la Delegación del Gobierno. Allí estuvieron más tiempo con pitadas y gritos contra Rajoy y la reforma laboral.
Sobre las siete y media de la tarde, la cabeza de la manifestación llegaba al Paseo de Pereda, mientras la cola todavía avanzaba por la calle Burgos. Un éxito, según la organización, que provocó el aplauso de los manifestantes al conocer la respuesta de los trabajadores.
María Jesús Cedrún y Vicente Arce coincidieron ayer en destacar tanto el seguimiento de la huelga general como la respuesta de los ciudadanos a la convocatoria de esta manifestación, y ambos señalaron que la propia reforma laboral es la que ha hecho que los ciudadanos salgan a la calle. «La reforma laboral es el mejor estímulo para movilizar a los trabajadores», sentenció Arce. Ambos fueron interrumpidos en numerosas ocasiones por los aplausos de los trabajadores.
Arce añadió que el éxito de la huelga y de la manifestación es el «resultado de una acumulación de fuerzas que han explotado hoy» y también insistió en que los cántabros han respondido a la convocatoria «como nunca antes lo habían hecho». «La reforma es cruel y nos retrocede 50 años atrás, en recorte de derechos», señaló Arce, para quien «el movimiento sindical no se podía quedar parado ante una agresión tan brutal como la que se ha producido». Reconoció la labor realizada por los 3.400 delegados de ambos sindicatos en Cantabria y los 40.000 afiliados para dar a conocer la reforma. Y también recordó los apoyos recibidos desde la plataforma de apoyo a los servicios sociales, jueces por la paz o los catedráticos de Derecho del Trabajo, que han firmado un manifiesto contra la reforma laboral.
«La voz de la calle»
Los sindicatos confían en que esta respuesta de los trabajadores haga recapacitar al Gobierno central. «Que escuche la voz de la calle», dijo Arce y que atienda a sus propuestas; y en la misma línea se expresó María Jesús Cedrún: «no te lo vamos a consentir Rajoy». Dijo que el PP «tiene que tomar nota del rechazo rotundo de los trabajadores a la reforma laboral». «Todos queremos salir de la crisis, pero creemos que los ajustes tienen que ir en todas las direcciones y venir por la vía de la negociación, no de la imposición», añadió.
Cedrún valoró que la jornada de huelga transcurriera con «absoluta normalidad y tranquilidad pese al miedo que han metido en contra de los piquetes»; y, destacó el éxito del paro en la industria y, «como siempre un porcentaje de participación bajo en el sector servicios, porque los trabajadores tienen pocas posibilidades de hacer huelga». Aunque Cedrún aseguró que «le da igual» el número de participantes en la manifestación y en la huelga pues lo importante, a su juicio, es que «la gente ha estado en la calle»; entre aplausos aseguró que «no cabemos en Santander».