El régimen de concesión administrativa previsto en la pueva adjudicación de las obras del hospital U.M. de Valdecilla es “la misma fórmula” que se empleó, por ejemplo, hace años con el Hospital la Princesa de Madrid. En este caso, el hospital Valdecilla pasa de gestionar con empresas especializadas los contratos de los servicios que se externalizan (como la seguridad, el catering, etc) y se lo cede a la constructora que acometerá la reforma del centro, ya que de este modo el hospital “pierde el control” sobre los mismos y “empeoran” los servicios y la calidad de los mismos.
VER DOCUMENTO DESCRIPTIVO DEL CONTRATO DE COLABORACIÓN ENTRE EL SECTOR PÚBLICO Y PRIVADO PARA LA REALIZACIÓN DE UNA ACTUACIÓN GLOBAL E INTEGRADA EN EL HOSPITAL UNIVARSITARIO MARQUES DE VALDECILLA
“Con la concesión administrativa, para compensar a la empresa que acabe el edificio, estos contratos según venzan irán a parar a ella, con lo que darán las comidas, repararán los aparatos de Rx y cubrirán la seguridad empresas de construcción en consorcio con bancos o empresas privadas de salud, y , además, en las condiciones que el consorcio establezca”, para preguntarse “qué sucederá con el personal de limpieza, de lavandería, mantenimiento, y hasta 36 servicios diferentes actualmente contratados”.
“La privatización del edificio de Valdecilla nos costará a los cántabros tres veces más que si lo acaba el Gobierno de Cantabria y supondrá una enorme incógnita en cuanto a calidad de servicios que debe aportar la empresa concesionaria y una inseguridad de los trabajadores que prestan estos servicios”.
PRIVATIZACIÓN COMPLETA los actuales gobernantes pretenden una “privatización completa” de los hospitales públicos del país, en base a la reforma acometida el año pasado de la Ley de 1997 que ha tildado de “contrarreforma sanitaria”, ya que a sus ojos implica un “cambio del sistema” sanitario público, esto no es algo que ocurre “al azar”, sino que está “planificado”, y está “más adelantado” en algunas comunidades, como Madrid, Valencia y Cataluña. Esta tendencia, ha dicho, se enmarca en las “ideologías neoliberales” que imperan en Europa y utiliza, además, la crisis como “excusa”.
Además, hasta ahora se ha aplicado una “parte muy pequeña” de lo que la normativa “permite”, de modo que se puede ir “mucho más atrás”, ya que la ley “permite acabar completamente con el sistema sanitario público”.
A todo lo que puede pasar se suma lo que ya ha sucedido, la “exclusión” de una parte de la población del sistema sanitario, el alusión a los inmigrantes sin papeles, el “repago” farmacéutico, o las “restricciones” laborales, ya que se disminuyen las plantillas al no renovar contratos eventuales ai tiempo que se aumenta la jornada laboral o se reduce el horario de atención a los usuarios.
De esta forma, el hospital y los futuros gobiernos regionales, son rehenes de una empresa que mediante un contrato muy blindado, puede hacer lo que le venga en gana con la gestión del hospital durante 20 años.
